miércoles, 13 de julio de 2016

THE FLINTSTONES Nº 1: CIVILIZACIÓN Y BARBARIE

The Flintsones Nº 1. Guión: Mark Russell. Arte: Steve Pugh. Color: Chris Chuckry. Portadas: Steve Pugh (regular), Ivan Reis, Walter Simonson, Dustin Nguyen, Dan Hipp (alternativas). Editora: Marie Javins. 40 páginas a color. DC Comics. ISSN: 7-61941-33869. EE.UU., septiembre de 2016. 

La verdad es que, de todas las reelaboraciones de los clásicos animados de Hanna & Barbera que anunció DC, esta era la que menos me interesaba. Después de las emociones y decepciones generadas por el combo superheroico de Future Quest, Scooby Doo y Los Autos Locos, no daba dos mangos por Los Picapiedra, un dibujito que nunca me terminó de cerrar. Pero Mark Russell y Steve Pugh me acaban de dejar con la boca abierta, casi sin poder creer que he leído lo que acabo de leer. The Flintstones no sólo es el mejor título de esta movida neonostálgica, sino que es uno de los mejores títulos que pueda ofrecernos el mercado norteamericano durante este año. Punto. 


Aggiornamiento conceptual perfecto de la idea originaria, el cómic abraza el cambio de paradigma televisivo que impuso el paso de los años y le saca todo el jugo posible (y más) a esta jugada clave. Los autores entienden que la TV actual no es la misma que la que vio nacer a Los Picapiedra en 1960; y que el lugar de privilegio que supo conquistar la comedia de situaciones familiar en el prime time catódico, hoy lo ocupa el drama social más intimista. No se trata sólo del pasaje de lo caricaturesco a lo realista (que la revista consolida en el trazo de Pugh), sino de un cambio filosófico a la hora de abordar los mismos tópicos desde una profundidad introspectiva que los personajes nunca antes habían demostrado. Para decirlo más fácil, la historieta da el salto (justo y necesario) que va de Yo quiero a Lucy a Mad Men


Bajo este nuevo prisma, la Edad de Piedra sigue funcionando como crítica, reflejo y comentario de nuestra sociedad actual. Sociedad salvajemente capitalista, que quede claro. Y cada uno de los diálogos cínicos, irónicos, negros, duros, directos como un cross a la neurona, se apoyan en una síntesis narrativa tan emocional como inteligente para hacernos reflexionar sobre una catarata de tópicos que tenemos irresueltos. El lugar de la mujer en el mundo contemporáneo, el impacto social de las nuevas tecnologías, la propiedad de la tierra, las guerras, el sentido de las artes, las modas, el entretenimiento, la comida, el psicoanálisis, el matrimonio, el auge del esnobismo, la relación con el pasado y la proyección del futuro, la construcción de la memoria histórica y la utilización que de ella hacemos o pretendemos hacer. 


La llegada de tres neandertales a la ciudad de Bedrock, habitada mayoritariamente por cromañones, dispara la dialéctica entre civilización y barbarie que nutre ideológicamente la aventura. Algunos estudios científicos estiman que el Hombre de Neandertal empezó a desaparecer con la llegada del Hombre de Cromañón (u Homo-Sapiens) a Europa, que logró imponer su “modernidad” por cuestiones culturales y no por considerables modificaciones físicas que mejoraran sus condiciones de adaptabilidad al entorno. En el cómic, estas cuestiones culturales vienen definidas por las diferentes concepciones sobre las relaciones laborales y la lógica económico-financiera montada alrededor del dinero. 


Bajo esta dialéctica de enfrentamiento entre civilización y barbarie, la explotación de las masas y la división de la clase trabajadora terminaron siendo las herramientas políticas más precisas para trazar la frontera cultural entre los supuestos de progreso y dependencia, de éxito y fracaso, de felicidad e insatisfacción, de vida y muerte. El poder real de una ceocracia tan presente en nuestro presente sólo parecería confirmar el vacío existencial que nos genera la adhesión a valores claramente equivocados. 
Y no hay Yaba Daba Du que nos salve. 
Fernando Ariel García 


Ivan Reis 

Walter Simonson 

Dustin Nguyen 

Dan Hipp

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