lunes, 31 de agosto de 2015

CAMINO A AUSCHWITZ: SOBREVIVIR A LA CULPA DESPUÉS DE HABER SOBREVIVIDO AL HORROR

Camino a Auschwitz y otras historias de resistencia. Guiones: Julián Gorodischer. Arte: Marcos Vergara. Portada: Marcos Vergara. 112 páginas a color. Emecé. ISBN: 978-950-04-3703-5. Argentina, junio de 2015. 

Dos tías abuelas, hermanas ellas, una que pudo sobrevivir al Holocausto y otra que murió gaseada en Auschwitz. Un tío abuelo, partisano de la Organización de Combatientes Judíos en Varsovia, protagonista del levantamiento del mayor gueto establecido en Europa por la Alemania nazi. Y una tía, participante de la Operación Garibaldi, acción de inteligencia del Mossad que culminó con la captura en territorio argentino de Adolf Eichman, responsable directo de la Solución Final. Estas relaciones sanguíneas, que parecen ideadas por y para la ficción, son reales. Y desembocan en Julián Gorodischer, periodista y editor de suplementos culturales que, en 2013, decidió viajar a Cracovia, Polonia, para festejar su cumpleaños número 40 en el mayor símbolo del exterminio humano por manos humanas: El campo de concentración de Auschwitz-Birkenau. 

Camino a Auschwitz, relato que da título al libro, apareció previamente serializado en la revista Brando

De ahí que los tres relatos de Camino a Auschwitz estén habitados por la experiencia personal, las transmisiones intrafamiliares de esas experiencias personales. Relato oral, ruptura de los silencios guardados con tanto esmero como dedicación, reconocidos ahora en razones y emociones, en palabras y dibujos (de Marcos Vergara, nada menos), condimentadas por memorias propias que les pertenecen a otros (Primo Levi, Tadeusz Pankiewicz). Reconstrucción de un pasado, historia de una familia atravesada por el Holocuasto, viaje de un nieto que necesita sanar simbólicamente esas heridas para seguir adelante. 

El propio Gorodischer, retratado por Vergara como prisionero en Auschwitz

Como toda historieta periodística que aborda el Holocausto desde el género autobiográfico, Camino… se referencia en el insoslayable Maus de Art Spiegelman, pero lo más interesante (me parece) radica en el diálogo que entabla con la controvertida Hitler=SS de Vuillemin. No por la utilización del humor negro in extremis, tratamiento del que prescinde gratamente, sino por el abordaje de cuestiones sumamente incómodas para los supervivientes y sus familias.


Retrato de la compleja relación entablada entre víctimas y victimarios, signada siempre por la próxima posibilidad de la muerte, las tres historietas exhiben algunos comportamientos humanos surgidos del amor, de la desesperación, de la necesidad de aferrarse a la vida cómo sea, en el momento en que todavía se desconoce hasta dónde (hasta cuándo) llegarán ese calvario y la proyección de su sombra. Las relaciones carnales consentidas, la acallada homosexualidad de los héroes, la cuestión queer, la seducción ejercida por el Mal, el juicio de los propios después de la condena impuesta por los ajenos. 

Antes de su llegada al libro, El secuestro de Eichman había aparecido serializada en la revista Anfibio

Evitándonos el fraudulento recetario de la autoayuda, Camino… muestra un derrotero exorcista y liberador de esas oprobiosas cadenas. Con información documentada y pequeños agregados ficticios, respetando la memoria histórica y el real devenir de los acontecimientos, reafirmándose en las identidades escogidas y asumidas, Gorodischer y Vergara nos muestran cómo sobrevivir a la culpa después de haber sobrevivido al horror. 
El resto es silencio. Y reconciliación. 
Fernando Ariel García

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