lunes, 15 de junio de 2015

ZERO POINT: TIROS, LÍOS Y COSHA GOLDA

Zero Point. Guión y dibujos: Agustín Graham Nakamura. Tonos: Ramón Ignacio Bunge. Consultor de guión: Diego Agrimbau. Portada: Agustín Graham Nakamura. 200 páginas en blanco y negro. Agua Negra Ediciones. ISBN: 978-987-45018-0-6. Argentina, junio de 2014. 

Violencia explícita de trazo elegante, contundente como la imaginería de Takeshi Kitano, coreografiada con la elegancia pop que sabe imprimir Tarantino; y con el peso taciturno de un crepuscular Clint Eastwood. Tantas referencias fílmicas en Zero Point, la novela gráfica con la que Agustín Graham Nakamura irrumpió el año pasado en el panorama historietístico local, no se me hacen gratuitas. Tal vez porque la narración eminentemente visual desarrollada por el autor hace que uno también pueda leer esta historieta como el story-board de una película aun no filmada. 


Película de acción, eso sí. Thriller de aroma noventoso, en donde la explotación de los resortes formales del género pone al cómo se cuentan las cosas muy por encima del qué se está contando. Brillante en su resolución gráfica, inscripta en la escuela más europea del manga, sostiene el ritmo y la intriga en 200 páginas que no dan respiro, pobladas por persecuciones, tiros, explosiones, largas secuencias mudas en donde la acción física y el despliegue de los recursos técnicos logra retener al lector, atrapado y sin salida, hasta el final.



Rara avis en la industria nacional, Zero Point luce (y se luce) como un manga hecho y derecho, prescindiendo de rasgos formales y de contenidos que denoten su hechura en el sur de América. Un rasgo identitario de Graham Nakamura, argentino nacido de padres japoneses y argentinos, estudiante de animación y manga en el Japón y con una larga carrera profesional en medios audiovisuales; hoy afincado en San Pablo, Brasil, donde también se editó esta historieta con notable éxito de público y crítica. 


Con un guión lineal y bien construido, sin grandes estridencias y sin mayores pretensiones que la de entretener, Zero Point pasa por (casi) todos los tópicos clásicos esperables en una historia de esta naturaleza: El enfrentamiento entre clanes mafiosos rivales, las traiciones familiares, las venganzas personales, un amor destinado al naufragio y un puñado de personajes que sortea los clichés del típico asesino sensible a punto de dejar su carrera, la chica que le mueve el piso, el villano frío y desalmado; y el maestro que busca sacar lo peor de su alumno, apelando una filosofía de vida brutalmente cruel, siniestra y práctica. 


Epopeya de redención y castigo, Zero Point tensa los límites hasta alcanzar el punto de ruptura entre lo que fue y lo que ahora es, cerrando las posibilidades con un final abierto y redondo, pero sin vuelta atrás. 
Fernando Ariel García

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