viernes, 26 de septiembre de 2014

PILULES BLEUES: EL SIDA EN LOS TIEMPOS DEL AMOR

Pilules bleues. Director: Jean-Philippe Amar. Protagonistas: Guillaume Gouix, Florence Loiret Caille, Benjamin Bellecour, Timothé Vom Dorp, François Deblock, Emmanuel Salinger, Emilie Caen, entre otros. Guionistas: Charlotte Sanson, Jean-Philippe Amar, basado en la homónima novela gráfica de Frederik Peeters. Emitida el 26 de septiembre de 2014. La Parisienne d'Images / ARTE F / TV5 Monde / RTL TVI. Francia, 2014.

¿Puede la búsqueda de una fidelidad absoluta derivar en la traición más grande? Sí; y el telefilme de Pilules bleues (Francia, 2014) es la prueba más contundente. Partiendo de la homónima novela gráfica de Frederik Peeters, aparecida en 2001 y ampliada el año pasado, Jean-Philippe Amar (director y co-guionista) orquestó esta rara escenificación que, abordando el material original desde una perspectiva ajena al enfoque prioritario de la trama, termina contando una historia exactamente igual en la forma; y completamente divergente en la intencionalidad final.


Clon epidérmico de uno de los pilares del moderno cómic autobiográfico, la película sigue los pasos del joven historietista que encuentra el amor al reencontrarse con una mujer a la que le había perdido el rastro hace tiempo. La química entre ambos parece estar intacta, el deseo dice presente y fluye naturalmente. Aunque en el medio de la relación se meta, en cada resquicio y para siempre, el síndrome de inmunodeficiencia adquirida que ella porta, al igual que su pequeño hijo.


Sin autocomplacencias, Peeters relató el proceso de integración familiar entre la pareja, el hijo y la ingesta regular de los retrovirales, las píldoras azules del título. Ensamblando con naturalidad apabullante y honestidad descarnada la intimidad de esas sábanas, el temeroso exterior de la casa, la interrelación con amigos y con extraños, en el trabajo y en la escuela, permanentemente acompañados por la presencia de un rinoceronte incómodo y aceptado, representación gráfica de los miedos latentes que el Sida inocula en cada acto cotidiano. Y lo hizo poniendo en primerísimo primer plano al amor, al compañerismo, al deseo de enfrentar la aventura de vivir, avanzando de la mano del ser amado. Que uno de los dos tenga sida pasa a ser un dato secundario, determinante sólo para el tipo de herramientas con que ese sentimiento deberá aprender a expresarse.


Allí donde la historieta dio cátedra de la narrable hondura humana, la película yerra el enfoque. De esa historia de amor en los tiempos del Sida, Jean-Philippe Amar elabora una historia del Sida en los tiempos del amor, reforzando discursos ominosos, entendiendo aquella búsqueda de la felicidad como un tránsito habitado exclusivamente por la tristeza, inventando problemas sexuales en donde Peeters encontraba soluciones para gozar la sexualidad más plena que le fuera posible. Privilegiando la desazón en lugar de la esperanza. Entendiendo a las píldoras azules como una limitación y no como lo que realmente son, una oportunidad. Tal vez, el prejuicio más grande que Peeters ayudó a derribar al abrir su corazón y sangrar historieta.
Fernando Ariel García

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