martes, 13 de agosto de 2013

WOLVERINE VOL. 5 Nº 1-4: TEMPORADA DE LOBEZNOS (III)

Wolverine Vol. 5 Nº 1 a 4. Guión: Paul Cornell. Dibujos: Alan Davis. Tintas: Mark Farmer. Color: Matt Hollingsworth. Portadas regulares: Alan Davis. Portadas alternativas: Olivier Coipel, Skottie Young, Salvador Larroca, Humberto Ramos, Mike Deodato, Ed McGuiness, Pascal Campion. Editor: Jeanine Schaefer. 32 páginas a todo color. Marvel Comics. ISSN: 7-59606-07921-6. EE.UU., mayo a agosto de 2013. 

Wolverine visto bajo la lógica cinematográfica del héroe de acción de altos octanos, suelto en la jungla urbana, en medio de una cacería humana que no le da respiro y ante un inminente ataque terrorista con armas biológicas, anudando una trama que va del policial negro al espionaje internacional y la especulación fantacientífica. Y todo ello, además, dibujado por Alan Davis. ¿Se puede pedir más?
Hay que decirlo. Marvel se tomó muy en serio el relanzamiento de su universo superheroico con el tan mentado Marvel Now! e hizo lo que todos (o casi) esperaban: Unir a sus personajes más representativos con grandes autores, tan reconocidos por sus méritos artísticos como por sus logros comerciales. Y en ese sentido, el mutante más carismático de todos tuvo suerte y privilegios: Alan Davis en este inicio del quinto volumen editorial de Wolverine; y Frank Cho en Savage Wolverine. Todo ello, claro, cocinado al calor del estreno de Wolverine inmortal, garantía de máxima propagación mediática en todo el mundo.

El guión de Paul Cornell es tan básico como efectivo. Básico por el desarrollo lineal de una trama con pocas sorpresas, que va al grano sin ninguna sutileza. Por ejemplo: Wolverine a bordo de un avión que tiene como destino impactar en Nueva York es una referencia directa a los atentados del 11 de septiembre de 2001; y parece buscar (sobre todas las cosas) la complicidad empática de los lectores frente a los altos niveles de tensión psicológica y sus equivalentes expresiones de violencia física extrema. Y todo ello, claro, porque el eje está puesto, de manera casi obsesiva, en mantener y elevar los desbordados niveles de acción física que lo justifican todo.

Nick Fury y The Watcher, lazos con el espionaje ultratecnificado y la ciencia-ficción apocalíptica

Y efectivo por la altura artística de Davis. Como antes en Thor y Los Vengadores, como siempre que este enorme británico se pone al hombro cualquier trabajo para Marvel, su trazo aporta claridad narrativa, suma elegancia e introspectiva sofisticación, elementos que realzan las características épicas que necesita un relato cohabitado por robots, tecnologías de avanzada y una escala masiva de destrucción. Y que sabe llegar a esa hondura humana que prescinde de las palabras y plasma en gestos, con un lenguaje corporal sin estridencias innecesarias, aquellos códigos morales que hacen de Wolverine una figura siempre atractiva, a causa de su nobleza, su sarcástico humor, sus inquebrantables elecciones éticas, esa complejidad existencial del que debe luchar contra sus zonas oscuras si quiere preservar la integridad de los más inocentes, los niños.

Aviones contra Nueva York: Una pesadilla repetida 

Wolverine visto bajo la lógica cinematográfica del héroe de acción de altos octanos, suelto en la jungla urbana, en medio de una cacería humana que no le da respiro y ante un inminente ataque terrorista con armas biológicas, anudando una trama que va del policial negro al espionaje internacional y la especulación fantacientífica. Y todo ello, además, dibujado por Alan Davis. ¿Se puede pedir más?
La respuesta, claramente, es no.
Final de temporada.
Fernando Ariel García

Galería de portadas 






Alan Davis 

Olivier Coipel

Skottie Young
Salvador Larroca
Humberto Ramos


Mike Deodato


Ed McGuiness


Pascal Campion
(parte de la serie de portadas alternativas Wolverine a través del tiempo, lanzada por el estreno de Wolverine inmortal)

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