jueves, 11 de julio de 2013

MORIR POR EL CHE.1961: JAQUE MATE


Morir por el Che. 1961. Guión: Roy. Dibujos: Marcos Vergara. Color: Caio Di Lorenzo. Portada: Marcos Vergara. 96 páginas a todo color. Dragón Comics Editora / Loco Rabia. ISBN: 978-987-29112-3-2. Argentina / Uruguay, mayo de 2013.

Si hemos de creerle a los registros históricos, los días que fueron del 5 al 18 de agosto de 1961 fueron días que conmovieron al Uruguay. Y lo hicieron, sobre todo, por la presencia en el país del Che Guevara, por su exposición sobre la Cuba revolucionaria en la Reunión Extraordinaria del Consejo Interamericano Económico y Social de la OEA en Punta del Este; y por su conferencia en el Paraninfo de la Universidad de la República Oriental del Uruguay, en pleno Montevideo, luego de la cual resultó ultimado el profesor de historia Arbelio Ramírez. Un crimen que está considerado como el primer asesinato político del Uruguay moderno, que aún no ha sido debidamente esclarecido y, por lo tanto, continúa generando tantas investigaciones como especulaciones.  


Y en el primer rubro se inscribe este Morir por el Che. 1961, thriller político de Roy, Marcos Vergara y Caio Di Lorenzo que, por varias razones, se lee como uno de los clásicos thrillers políticos filmados por Costa-Gavras. Sin descuidar la crónica social de época, los autores rioplatenses abordan la Historia como materia prima de la ficción, y abrazan una teoría de lo real atrapando al lector. Policial negro de los que no da respiro, drama costumbrista, relato de espionaje ambientado en el preciso marco de la Guerra Fría, la historieta sabe leer la complejidad del momento y del lugar en donde se va gestando y definiendo la tensión política que decantará en violencia arrebatada por la bipolaridad diplomática y armamentística de los dos grandes ejes en pugna.


La trama gira alrededor de la figura del Che, abarcando tanto a la persona física que llega al Uruguay como al icono mítico que se derrama por el mundo, haciéndose carne en una militancia juvenil con capacidad crítica (¿o acrítica?) para con su propia fenomenología. Pero no se queda ahí, sino que avanza decidida sobre las acciones y reacciones que su posición ideológica dispara hacia estamentos irreconciliables, resignificándolo todo a su paso. Y desde allí se construye conceptualmente a través del hilvanado de los dos niveles que necesita toda ficción histórica: La documentación concreta que sustenta los hechos; y la interpretación simbólica con que esos acontecimientos repercuten en el presente.


Sobre este escenario, con las herramientas de la ficción, Roy, Vergara y Di Lorenzo van instalando el andamiaje narrativo que rodea los acontecimientos reales. Con precisión quirúrgica, exhiben las partes visible y sumergida del iceberg con el cual hemos de chocar de manera irreversible antes de llegar al final. Por un lado, los grupos revolucionarios de izquierda y de derecha, gravitando alrededor de las figuras convocantes del propio Che, del presidente del Consejo Nacional de Gobierno del Uruguay, Eduardo Víctor Haedo; y del por ese entonces senador de Chile, Salvador Allende. Y por el otro, los espías locales de la CIA y la KGB, peones claves en la intrincada partida de ajedrez geopolítico que se juega a escondidas de todos. Partida maestra que, gracias a los minuciosos detalles que la historieta provee; y al conocimiento que nosotros le aportamos sobre el futuro inmediato y mediato que espera a la región y a los protagonistas, nos va arrinconando en un escaque, sin escapatoria, sin posibilidad de defensa ni de ataque, sin capacidad de realizar algún tipo de movimiento. Como Arbelio Ramírez, rendido frente a la voz que exclama, sin ningún tipo de remordimiento: Jaque mate.
Fernando Ariel García

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