jueves, 26 de enero de 2012

INMORTALES: PEPLUM RECARGADO

Cuando era chico, los sábados a la tarde teníamos un ritual hogareño. Café, té o mate en la mesa (ya habíamos almorzado). El dial de la televisión blanco y negro clavado en Canal 11 (faltaba mucho, mucho, para que cambiara a Telefe). Y algo de silencio reverencial para presenciar esa misa pagana que eran los Sábados de Súper Acción. Si son tan jóvenes como para no haberlo visto nunca, realmente lo siento, se han perdido una de las experiencias sensoriales más arrebatadoras (y familiarmente integradoras) que las ondas catódicas hayan podido dedicarle a las pupilas infantojuveniles ávidas de emociones fuertes.


El programa era, más o menos, siempre el mismo. Tres películas tres, de apreciada y menospreciada Clase B (de género, las llamaríamos hoy), sin otra pretensión que la de entretener a su platea cautiva. Policiales, de terror, de ciencia-ficción, del oeste (no eran westerns), de guerra (no eran bélicas), de aventuras en lugares exóticos como los mares del sur, las islas del pacífico o la jungla africana. Y de romanos, claro. Las llamábamos así, de romanos, aunque los protagonistas fueran griegos o miembros de cualquier otra civilización antigua rica en mitos y leyendas, dioses y semidioses, héroes y seres mitológicos capaces de cruzar sus espadas sin perder la elegancia de esas clásicas túnicas sin mangas, que llevaban atadas sobre uno de los hombros. En griego, a esa túnica la llaman Peplum; y de ahí que la industria cinematográfica haya denominado a este género con ese nombre, Peplum.


Tecnológica y cinematográfiamente, claro, los años no han pasado en vano. Los chicos (y no tan chicos) de hoy ya no se conforman con el menú visual de las viejas cintas de Hércules, Sansón o Ulises, habitadas por monstruos de goma y escenarios pintados al óleo. Han visto 300 y la trilogía de Matrix, dos de los ejemplos rectores que uno puede encontrar tras Inmortales (Immortals, 2011), el filme de Tarsem Singh que acaba de llegar a los cines argentinos. Pensada, ejecutada y coreografiada para el mejor usufructo del 3D, la película es impactante y arrolladora por dónde se la mire. Épica, en el más completo alcance del término.


Fusión de diversos mitos griegos, acomodados para contar la eterna lucha entre el Bien y el Mal, Inmortales entra por los ojos. Esa es su mayor virtud y, también, su peor pecado. Una vez que uno se acostumbra a la magnificencia de las imágenes, al tempo narrativo, a los efectos especiales y al juego de campos dimensionales que propone el 3D, la película se hace un poco larga, bastante previsible aunque uno no esté al tanto de las bases mitológicas que sustentan el relato. La lucha entre Teseo (Henry Cavill, el próximo Superman) y el Rey Hiperión (Mickey Rourke) está definida desde el primer momento en que cruzan sus miradas. La relación entre Teseo y la pitonisa Fedra (la sensual Freida Pinto), también.


Sabiendo qué va a pasar, la expectativa está puesta en cómo van a ir sucediéndose los acontecimientos. Y, salvo la ingeniosa resolución del famoso laberinto del Minotauro, la película recorre senderos ya transitados: Buenos muy buenos y malos muy malos, gestos y discursos grandilocuentes, batallas que se detienen casi morbosamente en el estrago físico, el explícito reguero de sangre que redunda sobre la brutalidad ejercida por hombres sobre hombres, por dioses sobre dioses, por hombres sobre dioses y dioses sobre hombres. Porque tratándose de mitología griega, los dioses nunca se quedan mirando las cosas desde la relativa seguridad de su celestial Olimpo. No, se les da (una y otra vez) por meterse en los asuntos de los humanos, torciendo el rumbo de las cosas hasta que su intervención directa resulte no sólo necesaria, sino indispensable. ¿Metáfora justificadora del intervencionismo como herramienta política?


Cine industrial antes que cine artístico, Inmortales es un momento de bienvenida evasión, entretenimiento puro para quienes busquen saltar en las butacas y asustarse un poquito antes de ir a comer algo con amigos.
No es un mal programa, después de todo.
Fernando Ariel García


Inmortales. Director: Tarsem Singh. Protagonistas: Henry Cavill (Teseo), Mickey Rourke (Rey Hiperión), Freida Pinto (Fedra), Stephen Dorff, Luke Evans y John Hurt, entre otros. Guionistas: Charley Parlapanides y Vlas Parlapanides. Relativity Media. EE.UU., 2011.

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