lunes, 12 de julio de 2010

BATMAN. ODYSSEY Nº 1: LA SOMBRA DEL MURCIÉLAGO

Mucho ruido y pocas nueces. Para decirlo de manera elegante y respetuosa hacia el enorme e invalorable aporte que Neal Adams significó (y significa) para la historia del Hombre Murciélago. Porque, la verdad, este Batman: Odyssey Nº 1 no satisface ninguna de las altas expectativas generadas por el regreso a casa del dibujante que le dio identidad definitiva a Batman, allá por los ’70, haciendo del superhéroe una figura épica, realista (sin escapar a los parámetros fantásticos necesarios para que el género funcione como tal) y sofisticada. Oscura y noble. Nadie (y en este nadie incluyo al Frank Miller del Dark Knight Returns) pudo-supo captar y representar las distintas implicancias del Detective Encapotado como Neal Adams. Como aquel Neal Adams, debería aclarar, porque este Neal Adams (¡ay!) es casi la sombra de lo que supo ser. Como si en vez de estar frente al autor que revolucionó la gráfica del cómic norteamericano, estuvieramos asistiendo al trabajo novato de un dibujante que busca inspiración en esas páginas clásicas, realizadas hace más de treinta años, pero aún hoy modernas y de avanzada.
La decepción puede venir (y espero que así sea) de lo poco que hay en juego en este número, primero de una saga de doce que, de acuerdo con las informaciones volcadas por DC, estará conformada por dos arcos argumentales de seis revistas. Hay una aventura inicial de Batman, en dónde quedan más o menos explícitas las razones por las cuáles el Hombre Murciélago decidió no utilizar armas de fuego. Hay algunas pistas que sugieren que este relato de juventud, que abre el número, irá cobrando mayores niveles de relevancia al avanzar la trama, ya que de allí surgiría cierta innominada y todopoderosa entidad que estaría alterando la conducta y las percepciones del paladín. ¿Será esa la razón tras la soberbia inentendible que exhibe este Batman de Adams, capaz de maltratar verbalmente a Robin y de menospreciar discriminatoriamente a Man-Bat? No lo sé. Y tampoco me importa mucho. Porque es imposible contactar emocionalmente con los personajes, completamente unidimensionales. Queda para más adelante la promesa de un enfrentamiento con El Acertijo; y el misterio de un monstruoso vampiro humanoide gigante, aparente conocedor del más grande secreto de “La Cueva”.
Queda claro que, a esta altura, uno de los problemas más grandes de Batman: Odyssey Nº 1 es el guión. No sólo por lo intrascendente de la anécdota que se cuenta, sino por las elecciones formales para contarlo. Adams no es guionista; y aquí se extraña (y mucho) la participación de su co-equiper más natural y orgánico, Denny O’Neil, el hombre que le dio estructura interna a los relatos más importantes del Batman setentero post-Adam West; el autor que hizo de esos arquetipos inamovibles un conjunto de ideas, valoraciones y posturas que Adams supo plasmar en el papel de manera conmovedora y trascendente.
Todavía quedan once capítulos por delante. Y eso es mucho, suficiente para desandar el tropezón inicial. Hasta aquí; y contando con lo que se conoce de los próximos episodios, Batman: Odyssey tiene abierta la posibilidad de convertirse en una de las historias definitivas del Detective Encapotado, autohomenaje del autor a su época de oro en títulos como The Brave & the Bold, Batman y Detective Comics. De no ser así, sólo nos quedará un lujoso catálogo de los logros obtenidos pero ninguna revalida de los mismos.
La fotocopia de las joyas de la abuela que tuvimos que vender para afrontar estos tiempos duros que nos toca vivir.
Fernando Ariel García
Batman: Odyssey Nº 1 (de 12)
Guión:
Neal Adams
Dibujos: Neal Adams
Tintas: Neal Adams y Michael Golden
Color: Continuity Studios
Portada: Neal Adams
Editor: Mike Marts
40 páginas a todo color
DC Comics
ISSN: 7-61941-29287-8
EE.UU., septiembre de 2010

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