martes, 29 de junio de 2010

CISPLATINO Nº 5: CUESTIÓN DE PERSPECTIVA

Cómo decirlo para no lastimar a nadie, ya que esa no es la idea. Cisplatino se ve bien. Muy bien, de hecho. Pero no se lee tan bien. Intentemos ahondar estos conceptos. Se nota la admiración que ambos creadores, Diego Tapié y Pablo Zignone, profesan hacia el norteamericano Alex Ross. Si hasta bajo una mirada apurada y superficial, uno podría pensar estar frente a uno de los tantos trabajos del galardonado ilustrador de Marvels y Kingdom Come, máximo (si no único) responsable por la revalorización internacional del cómic hiperrealista pictórico. Cisplatino sigue los lineamientos de plantado y narración gráfica que definieron el estilo de Alex Ross, apoyado en una paleta de colores que destaca el camino interno de los personajes y una dinámica visual realista pero grandilocuente, la que uno espera encontrar en una historieta de superhéroes de estas características.
Porque Cisplatino es una historieta de superhéroes. De superhéroes uruguayos, habría que aclarar, aunque lo uruguayo no aparezca a simple vista. Es que yo soy de los que creen que la ambientación no hace a la nacionalidad de una obra. Son las escalas de valores, las miradas, las opciones puestas en juego las que conforman una identidad. Es cierto que, ya desde su título, Cisplatino remite a la Provincia Cisplatina Oriental o Estado Cisplatino, que fue el nombre dado a la actual República Oriental del Uruguay entre 1817 y 1828, cuando el territorio se encontraba bajo el dominio del Reino de Portugal primero, y del Imperio del Brasil después. Es cierto que el cómic inmiscuye al histórico Cuerpo de Blandengues, la milicia criolla de la Banda Oriental en los tiempos de las guerras independentistas, en los Andes, peleando por la posesión de un artefacto místico conocido como El Ojo de Baitaxá. Es cierto también que la parte actual de la trama se asienta en reconocibles escenarios montevideanos. Y es cierto que uno de sus personajes protagónicos, el médico Juan Viacava, está basado en un homónimo real (Juan Viacaba), cuyo nombre engalana una conocida calle capitalina. Pero con eso no alcanza, o no me alcanza. La lógica interna de Cisplatino me sabe a norteamericana, no a uruguaya y/o rioplatense. Las convenciones que maneja no son (o no me resultan, debería decir) lo suficientemente creíbles. El Montevideo que construye Cisplatino se me figura tan aparente como el Montevideo que destruyó DC en una de sus tantas maxisagas.
Algo (¿mucho?) deben tener que ver con esta sensación las escasas 16 páginas que este quinto ejemplar dedica a la aventura central, penúltima instancia de un arco argumental iniciado en el 2008. Son pocas páginas para desarrollar una historia, por no decir que es poca la historia a contar. Porque en realidad Cisplatino tiene mucha tela para cortar, tanta que para entender de qué va la saga se hacen necesarios los números anteriores, las fichas que se les dedicaron a los personajes y hasta una visita al sitio web oficial, http://www.apocalipta.com/. Nada de esto sucede, sin embargo, con Cisplatino Visiones, la separata de 16 páginas en blanco y negro que acompaña cada entrega de la serie, abriendo sus páginas a lecturas no canónicas del universo ficticio armado por Tapié y Zignone, realizadas por autores invitados y rotativos. Lo más interesante del combo lo encontré aquí, en una aventura corta que, apelando al humor, mostraba los problemas que rodearían a cualquier superhéroe con más de 200 años al intentar gestionar su documento de identidad.
A esta altura, Cisplatino ya es un mojón ineludible para la historieta uruguaya. Para mi gusto, demasiado atento a cuestiones conceptuales y formales típicas y naturales del cómic superheroico norteamericano. Me encantaría que pudiera desprenderse de esa carga, permitiéndose (permitiéndonos) abrazar los valores charrúas que hasta ahora sólo exhibe con estilo hiperrealista. Que deje de mirar las cosas del lado foráneo para empezar a verlas de este lado del Río de la Plata. Que, a fin de cuentas, ése es el significado de la palabra Cisplatino.
Tapié y Zignone pueden hacerlo.
Tienen con qué.
Fernando Ariel García
Cisplatino Nº 5
Autores:
Diego Tapié y Pablo Zignone
32 páginas a todo color y en blanco y negro
Apocalipta
ISSN: 7-730970-950144
Uruguay, mayo de 2010

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